Navidades en igualdad: las fiestas son para disfrutar todos y todas. Importancia de la corresponsabilidad para unas fiestas igualitarias y pautas de elección de regalos para fomentar el juego no sexista

 Llegan las Navidades y con ellas un momento muy especial: escribir la carta a los Reyes Magos con la ilusión y la inocencia que caracteriza a los y las pequeños y pequeñas de la casa. Se abre un momento de reflexión para las familias, un espacio en el que platearse cómo podemos hacer de las fiestas un lugar inclusivo, equitativo y no sexista. Dos son los elementos poderosos que fomentarán la igualdad esta Navidad: la corresponsabilidad en las celebraciones y la elección consciente de juguetes y regalos.

Se trata de un momento de celebración conjunta donde es imprescindible que la corresponsabilidad también se siente a cenar. Las tareas relacionadas con las celebraciones, desde la planificación de las comidas, las compras, la decoración del hogar o la organización de las fechas y asistentes, se hace larga y ardua si recae sobre una sola persona. El tiempo para disfrutar de las madres, hermanas, tías y abuelas se ve reducido en pro de que la comida esté rica, los regalos estén envueltos y el árbol iluminado. Se trata, por tanto, de ser un ejemplo para nuestros hijos e hijas, ejerciendo roles igualitarios y disfrutando por igual de la Navidad.  

En cuanto a los regalos, hemos de tener en cuenta que se trata de una herramienta educativa más, un instrumento para el aprendizaje, no solo de aspectos cognitivos, sino también emocionales y sociales. Hoy en día los denominados juguetes educativos son los más solicitados a la hora de comprar y esto se debe a una idea que ha calado en el pensamiento social: integrar los juguetes en un proceso de aprendizaje que permita el desarrollo cognitivo, social, físico y emocional de niños y niñas. La curiosidad, la investigación, la reflexión, la acción… provocan una actitud activa de la infancia a través del juego y permiten que conozca mejor su entorno y su presencia en él. Con otras palabras, el juego es todo un instrumento para el aprendizaje.

El juego es socialmente interactivo y permite a la infancia comunicar ideas y entender a los demás mediante la interacción social, sentando las bases para construir un conocimiento más profundo y unas relaciones más sólidas. En términos más generales, el juego satisface la necesidad humana básica de expresar la propia imaginación, curiosidad y creatividad.

Niños y niñas utilizan el juego como sistema elemental de expresión, como una actividad esencial que potencia su propio desarrollo. Y esta expresión es y debe ser, libre. La igualdad de género, para UNICEF, significa que mujeres, hombres, niñas y niños deban gozar, por igual, de los mismos derechos, recursos, oportunidades y protecciones. Traducido al juego y a la infancia, significa que niños y niñas, chicas y chicos puedan elegir sus juguetes sin límite a su decisión por razón de sexo. Acceder con libertad a los juguetes significa una educación en igualdad.

“La primera tarea de la educación es agitar la vida, pero dejarla libre para que se desarrolle”

María Montessori

¿Cómo podemos escoger entonces juguetes igualitarios?

Desde el primer momento que un bebé llega a una familia, la toma de decisiones para su educación está en marcha. Lo que sienta, vea, escuche, manipule… va a formar parte de su vida, como una segunda piel que le va a permitir entender los valores igualitarios desde la cuna. La compra de juguetes no es una cuestión neutra, es una de las decisiones más importantes para la educación y desarrollo infantil, tanto a nivel emocional, como cognitivo y social.

La primera cuestión que debemos tener clara a la hora de elegir juguetes es centrarnos en la diversión o aprendizaje que reporta a nuestros hijos e hijas. Es decir, si es adecuado para su edad y qué aprendizaje puede adquirir. Los juguetes serán acompañantes del desarrollo e inteligencia, el enfoque no está, por tanto, en si se trata de un niño o una niña.

Niñas y niños deben utilizar los mismos juguetes y desarrollar con ellos sus habilidades físicas (equilibrio, coordinación, fuerza), competencias intelectuales (memoria, ingenio, organización), capacidades de cooperación y aprendizaje de normas y su talento para la diversión, que siempre subyace en la base de todos los juegos y juguetes.

Otros aspectos importantes serán: cumplimiento de estándares de seguridad, juguetes que no inciten a la violencia (no bélicos), inclusivos con todas las diversidades, atractivos con colores que llamen la atención visual (rojos y negros en los primeros meses de vida para el desarrollo visual de los niños y niñas), creativos e imaginativos y que fomenten los valores humanos. Son muchos los tipos de juego que niños y niñas vivencian en las diferentes etapas de la vida. Describimos a continuación algunos que son esenciales para un correcto desarrollo infantil.

El juego funcional desarrolla los sentidos, la coordinación y la comprensión del mundo que les rodea. Necesitan niños y niñas, en esta etapa morder, agitar o golpear objetos y aprenden también a esconderse y desarrollar interacciones sociales. Para esta primera etapa de la vida, resultarían positivos juguetes relacionados con habilidades motoras como, por ejemplo, cubos apilables, aros para colocar en un palo, trasvases de objetos o juegos de encajables de figuras.

El juego simbólico, por su parte, comienza a los dos años aproximadamente hasta los siete. Se trata de un juego que imita o simula situaciones y personajes, habitualmente de la vida diaria. Fomenta el lenguaje, la creatividad y la imaginación. Es, además, uno de los juegos donde más se aprenden y asumen los roles establecidos y que los hijos e hijas ven en sus familias. Algunos ejemplos, son los clásicos juegos de cocinitas y mamás y papás. Este tipo de juego, requiere de una guía de las personas adultas para fomentar determinados aprendizajes en cuanto a roles. Son muchos los juegos simbólicos que se pueden desarrollar (tiendas, cocinas, camarero/a, disfraces, familias…) y son una oportunidad valiosa para transmitir valores igualitarios, intercambiando roles y participando de todos ellos. El juego de reglas, por otra parte, es aquel en el que se empieza a comprender cómo jugar y qué cosas se pueden hacer y no. Son un espacio donde aprender valores de equipo, cooperación y respeto. El escondite es un buen ejemplo.

Las Navidades son un espacio donde compartir tiempos y juegos. Es por ello, que queremos recomendaros algunos juegos, juguetes y cuentos y libros para promover unas fiestas en igualdad y centradas en el desarrollo de los niños y las niñas.

3 a 18 meses: mordedores, pelota Oball, libros de tela “Negro, blanco, rojo”, tarjetas sensoriales, libros con texturas, cometa Waldorf, pirámide apilable, cesto de los tesoros, pelotas sensoriales, palo de lluvia, instrumentos musicales sencillo (xilófono, maraca), juegos de encajes de figuras, tablero de actividades para abrochar botones o abrir y cerrar candados… Estos juguetes fomentarán su desarrollo visual, sensorial y motor.

18 meses a 3 años: juegos Pickler (tabla de equilibrio, rocódromo…), juegos de construcción, juegos de tiendas (productos para vender, carrito de la compra), bicicleta sin pedales, torre de aprendizaje, figuras de animales, panel de cerraduras, acuarelas, memory, puzles sencillos, cajas de herramientas, tablero de interruptores y bombillas, juegos de pesca…

3 a 7 años: bicicleta con pedales, reloj, juego Jenga, construcciones, dados para crear historias, juegos de hacer llaveros, teatros de marionetas, puzles con letras o números, juego de mesa Emotio, juego Descubro mis emociones del Monstruo de Colores, magnetic del cuerpo humano, balanza de cubos, juegos de clasificación y aprendizaje de conteo, juego Sopa de Bellotas, proyector de sombras y cuentos…

7 a 10 años: juegos de ciencia y experimentos, construcciones complejas como Lego, cámara de fotos infantil, juego de piedras y minerales, cubos de aprendizaje de matemáticas, Quién es quién, juegos de manualidades como papel reciclado, juego Córtex, diarios…

¿Y qué pasa con los cuentos y los libros?

Los libros y cuentos explican el mundo y el mundo es muy amplio y diverso, tanto por las diferencias de etnias y culturas que convivimos en el Planeta, como por el resto de seres animales y vegetales que lo habitamos. Los cuentos y las lecturas ofrecen una forma de ver y entender este mundo que relatamos desde las propuestas que como familia hacemos y constituyen la base sobre la que se apoyarán los valores y la identidad de nuestros hijos e hijas.

0 a 4 años:

Cuento rojo, negro, blanco de tela.

Mis primeras compositoras. Editorial TimunMas

¡Toca a los monstruos zampamiedos!

El momento más feliz. Lyona.

Te quiero. Amaia Arrazola.

El monstruo de colores.

Colección Pepe y Mila.

Colección Lulú. Ejemplo: La Navidad de Lulú.

 

4 a 8 años:

El hilo invisible.

Guapa.

Tu cuerpo es tuyo.

Orejas de mariposa.

Tengo un volcán.

Hola, calma.

Familias. Oh mami blue.

Hija.

El niño que no quería ser azul, la niña que no quería ser rosa.

Yo voy conmigo.

Colección Pequeña y Grande. Jane GoodDall.

 

Cuentos con adaptación de Pictogramas. Proponemos a continuación algunos cuentos adaptados con pictogramas.

¿A qué sabe la luna?

El monstruo de colores va al cole.

El cazo de Lorenzo.

Orejas de mariposa.

¿De qué color son los besos?

 

“Educad para la convivencia. Educad para adquirir conciencia de la justicia. Educad en la igualdad para que no se pierda un solo talento por falta de oportunidades”

Josefina Aldecoa

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